ARTESANIA DEL TAMBOR (TOBARRA)
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HISTORIA

                              RESUMEN HISTORICO

 

Texto extraido de
"El Tambor. Una evolución constante
(Historia de los últimos cien años)"
Guillermo A. Paterna Alfaro

Hasta el momento no existe documentación escrita sobre el origen de la, probablemente, más antigua de nuestras tradiciones.

El único estudio serio que trata del origen del tamborear en Tobarra es el del investigador José Mª Hurtado Ríos, donde se sostiene la hipótesis aragonesa, más concretamente hijarana: "En Tobarra se toca el tambor por Semana Santa porque nos visitaron (como pobladores o repobladores) aragoneses de Híjar que acompañaron a D. Pedro Fernández de Hixar en tiempos de Jaime I (1266)".

La verosimilitud de este enunciado está ampliamente justificada y apoyada por el minucioso estudio de las circunstancias históricas que rodean el hecho de la repoblación tobarreña siguiente a la reconquista de 1243 y un profundo análisis (hagiográfico, toponímico, costumbrista,...) de Híjar y Tobarra, ratificado por prestigiosos catedráticos.

Las afirmaciones de Hurtado no han podido ser refutadas por estudiosos que posteriormente trataron de este tema tan apasionante.
Artesano Tobarreño

Los testimonios orales de los más viejos de Tobarra -Vicente Esteve Pérez, "Arenas" (1885-1981) y Jesús Onrubia Algarra, "Bajocas" (1886-1987)- nos confirman que sus abuelos ya tocaban el tambor, y lo describen así: "La caja y aros de madera, pieles de cabra apretadas por cuerdas en zig-zag que pasan sobre los agujeros de los aros y que se tensan con badana o baqueta e incluso mojando las cuerdas. Bordones de cáñamo."

Las Ordenanzas Municipales de 1906 dicen del tambor:

"Art. 59. La salida de nazarenos con tambor, podrá efectuarse en la tarde de Miércoles Santo, desde las tres de la tarde hasta terminada la procesión, y desde las cinco de la madrugada hasta la bajada del Calvario de la procesión el día de Viernes Santo.

Art.60. Se prohíbe el uso de toda clase de pitos de hojalata y el de túnicas cortas, rotas o en estado que ofendan a la decencia."

Hacia 1850 aparece el tambor "chafao", de dimensiones exageradas: 60-70 cm. de ancho por 10 de alto (Al apretar se juntaban las pieles). Se reduce el diámetro a 50 cm. y se llega después al de 45 por 12, para, en un paso más, ir hasta el de 40 por 10 que será el tambor corriente hasta 1920, con chapa doble.

Llegará después el de 40 por 20, muy popular en los años treinta y cuarenta.

Por algunos testimonios (Vicente Fernández García en 1988) es posible conocer que hacia 1915 ya hubieran algunos tambores de metal, pero el más claro ejemplar de este revolucionario material será el de Mariano Martínez "El Petro" (1909-1983) en 1932, siendo además el primer tambor de tornos "niquelaos", lisos y agujereados.

En 1934, Francisco Ruiz, Paco "El de la Socorro", hace el que se considera primer tambor de tornos anchos y calados a base de lima sobre alegorías de la Pasión. Manolico “El Aperaor" patenta las cajas pulimentadas.

Este mismo año, Manuel Sahorí García, "El Zoril", saca su tambor de 38 por 17,5, acercándose a las medidas actuales. Es también de metal, tornos anchos, calados y piezas a forja. Aros pulimentados.

En 1940 hay un parón por la escasez de materiales. Muchas piezas han de hacerse en la fragua y se aprovecha cualquier utensilio: asas de cubos, botes de conservas, herraduras, zafras, garbillos,...

Otro gran tambor, sale de las manos de Juan José García Martínez, "Luciano" (1907-1966). Es un trabajo previamente concebido sobre un plano y en el acabado se adorna con pedrería. Utiliza el sistema de cuatro espárragos.

Evolución del Tambor hasta 1970 

Las anteriores medidas se van aproximando a las de hoy. Son los de 38 por 18 y 37 por 16, hasta El más estandarizado de 38 por 15,5.

La chapa, sencilla o doble, va dejando paso al metal. En los años cincuenta, Mariano "El Petro" descubre las torretas. Las pieles de cabra, muy recias, se descarnan para sacar mejor sonido. Cuando llegan las de cabrito se colocan abajo por temor a que se rompan.

A finales de los sesenta llega el plástico.

De la varilla de hierro se pasa al calibrado de 1/4 y después al de 5/80. Los bordones de cáñamo cambian a la tripa y después al nylon.

Se empieza a forrar los aros, primero con cobre y después con metal, hacia 1960, siendo el artesano Antonio Román "El Pulga"(f. 1964) el iniciador de ello, y del que también conocemos un gran tambor.

Otros artesanos: Además de los citados: Teófilo Martínez Bleda (1877-1934), Manuel López Román "El Aperaor" (1906-1987), Juan Miguel Fernández Gil "El Usi" (1900-1978) y antes que él su padre, Amador; los conocidísimos "Casimiros", "Tegas", "El Chivi", "Araceli", "El Francés", "Melchor", "Chamusclas", "El Palmiro", "Capazuros", Juan Bleda Marchante "Mochi".

Artesanos y tamborileros; los famosos Hugo Sahorí, Ramón Merino Sahorí (1913-1998), Manuel Sahorí García "El Zoril" (1914-1993), Antonio Jiménez Sahorí "El Batanero" padre (1908).
Famosa cuadrilla tamborilera de 1931

Unos y otros llegan en su producción hasta los sesenta.

Y los actuales Francisco y Antonio Jiménez Ortiz "Bataneros", Antonio Román Catalán "El Casón" (1935-2000) y sus hijos Cristóbal y Juan Antonio Román Ortiz, Juan López Quintana "El Moso" y sus hijos Juan y José Luis López Alcañiz Luis Fernández Ortiz "El Usi", Juan Sahorí Catalán "El Zoril", "El Nenito", Pedro García Gómez, Manuel Gómez Gómez, Pedro Antonio Bueno "El Artista", Fernando Reina Escribano "Cachito", José Jiménez "Escarchas" (también su hermano Manuel q.e.p.d.)

Artesanos de aros y palillos: De recia solera fue Manolico "El Aperaor" y sus hijos Emilio y Juan López (1937-1986), hoy los nietos continúan la herencia del abuelo. Ricardo Algarra Vergara, "Manano" (q.e.p.d.), Miguel Gómez Gómez, Jesús Martínez Gómez, Antonio del Ramo Torres, “Menudo” y Fernando Reina, “Cachito”, entre otros.

Evolución del Tambor desde 1970 

En 1970 Antonio Jiménez Ortiz saca "La Tira", el tambor más famoso de la historia tamborilera, que marca un hito en la evolución del querido instrumento y es precursor de nuevas ideas.

En 1972 sale un tambor con formas parecidas de las manos del ebanista Miguel Blázquez Sánchez.

Como técnicos innovadores aficionados, Jesús García Martínez, “Perijuan”, Francisco Huerta Martínez y Antonio García Navarro.

Es también en 1970 cuando Jesús "Perijuan" inventa el tambor sin tornos, y el de sin caja en 1976.

Igualmente de 1976 es el tambor pandereta (una sola piel) de Antonio García Navarro.

Otros artesanos no profesionales, Alejandro Moreno Ramón, Juan García Maestro "El Chulo" (q.e.p.d.) Vicente Merino Ortiz y Antonio Martínez "Totoni". Todos ellos se construyen artísticos tambores.

En 1977 aparece el primer serón o reductora.

"Cachito" hace los primeros tambores con metacrilato en 1978 y 1979, y en 1983 todo el tambor es de este material.

En 1980 "El Casón" prueba con cajas de cerámica (arcilla trabajada en el torno del alfarero Ortiz) y "El Nenito" introduce las dos torretas.

Antonio "El Batanero" estrena su tambor bañado en oro, "La Biblia", con aros calados (técnica que ya usó Miguel Blázquez) en 1982.

En la Semana Santa de 1983 Francisco Huerta lleva su "Corona de Espinas" y en el 88 otro llamado "Estandartes".

En 1985 Alfonso Jiménez Lorente saca sus "Diez Mandamientos" y Antonio Gómez Serrano, “Ñico”, estrena "El Redoble".

En 1986 Antonio García Navarro innova el tambor con doble reductora y en 1988 el tambor con tres pieles.

También en 1988 "El Casón" populariza, por medio de troquel exclusivo, los tornos anchos. Su hijo, Juan Antonio termina su valioso tambor "El Repique" en 1989.

Francisco Jiménez Ortiz, Paco "El Batanero" exagera las medidas y pone en escena su "Cristo" de 33 por 40 cm. Fue en 1987.

El Tambor hoy 

A pesar de la enorme evolución el tambor tobarreño medio sigue siendo totalmente artesano y conserva en cada una de sus piezas el sabor de la tradición y la singularidad que le distingue de cualquier otro estilo.

Esta es su radiografía: Caja de metal, catorce tornos cromados y otras tantas torretas, dos aros normalmente forrados, veintiocho piezas (catorce para cada aro) e igual número de palometas o cálices, dos parches de cabrito o plástico, emparchadas en sendos aretes; una o dos llaves de bordones. Estos pueden ser de tripa o de nylon forrado de hilos metálicos, varían entre ocho y veinte; un serón o reductora.

Accesorios indispensables: los palillos y el cinto. Opcional la llave de apretar (accionando las palometas o copas).

En 1982 se instituyó la Tamborada Escolar.

Se crea en 1984 el Museo del Tambor, único en su género.

Tobarra participa en las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor desde 1983, siendo anfitriona de las IV en 1989 y de las XV en 2000.

Desde 1985 las cuadrillas ponen en marcha nuevas iniciativas:

Después de las túnicas, la uniformidad llegará a los tambores (104 horas, Atarres, Tribujaos....). A las sedes tamborileras se les conoce con el apelativo de garuto

En 1987 empezó a funcionar la Escuela del Tambor, enseñanzas que continua la Universidad Popular.

Desde 1989 y por la enorme influencia hijarano-aragonesa, algunas cuadrillas tocan bombos.

En el emblemático año 1992 los tambores tobarreños alcanzan gran repercusión gracias al programa de Televisión Española “Pasa la Vida” de Mª Teresa Campos. Otra amplia representación tobarreña toca el tambor en la Exposición Universal de Sevilla, en cuyo pabellón se haya expuesta “La Biblia” del “Batanero”. Con anterioridad nuestros tambores se pasearon por el centro de Lisboa, como antes por Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Albacete...
Tornos de un tambor

Hay, en 1992, alrededor de un centenar de cuadrillas censadas.

En 1995 se instala en la Avda. de la Constitución el Monumento al Tambor, obra de Jesús Damián Jiménez Ramírez.

En estos más de cien años estudiados la evolución –revolución- fue total y vertiginosa. Vemos como de la madera se pasa a la hojalata, de ésta al metal (latón), de la cuerda al clavo roscado, del espárrago al torno ancho, de la tuerca forjada a la palometa, de la purpurina al niquelado, y del cromado al baño de oro, del bordón de cáñamo y tripa a la reductora metálica, y, como no, de la piel al plástico. Aunque lo último en materiales es el aluminio –menor peso- y la copa o cáliz por las palometas.

Y las grandes obras de arte. Los materiales más innovadores, los diseños más audaces y atrevidos:

Sale a la luz en 1997 la joya artesanal por excelencia: “La Pasión” de Antonio “El Batanero”, un trabajo de siete años, chapado en oro.

La Pasión del Batanero

En 2000, junto a otros artesanos, realizan tres tambores idéntico, hechos en duralumnio, muy ligeros. Les llaman “Los Trillizos”

“El Moso” inventa el cono, tambor con caja tronco-cónica y una sola piel. “Cachito” utiliza policarbonato para sus cajas, después la madera también en la cajas y tornos. “El Casón” utiliza tornos inyectados, cálices y primeras piezas de alumnio.


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